La fotografía como afición y otras artes visuales

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Séptima semana de aislamiento social - Pentax MX + Ilford HP5 Plus 400

De las ocho semanas que va a tener este improvisado proyecto de fotografía en tiempos de la pandemia de coronavirus, llegamos al rollo y las fotos correspondientes a la semana séptima. Que coincidió en el final del mes de abril. Cuánto se escuchó en aquellos días aquel verso de una canción de Joaquín Sabina...

¿Quién me ha robado el mes de abril?

Fue esta semana la última en la tuvimos vedada la entrada a los parques. También fue la primera semana en la que yendo a trabajar de turno de mañana, supe que ya no tendría que volver a hacer turnos de trabajo por la tarde, por lo menos en un futuro previsible. Y también fue la semana en la que sentimos que la primavera se tornaba cálida. Quizá de forma definitiva. Aunque ahora, dos semanas después, sabemos que no. Que hemos seguido teniendo días fríos, o al menos frescos. Y lluviosos. Grises. Como la mañana de hoy. Quería haber impreso un par de cianotipias hoy, pero no ha podido ser. Quizá mañana domingo.

Como mi recorrido caminando a trabajar desde entonces ha sido de siete menos cinco de la mañana a ocho menos cuarto, cuando llego a mi lugar de trabajo, he venido necesitando película de al menos ISO 400 de sensibilidad. Los ajustes de exposición en estas mañanas podían ir desde el f/2,8 y 1/60 segundo nada más salir de casa, con el sol todavía oculto o asomándose sobre el horizonte, invisible por los edificios de la ciudad, al f/11 y 1/250 segundo cuando llegaba al lugar de trabajo, ya con el sol luciendo sobre la ciudad, aunque todavía no a pleno rendimiento.

Sigo confiando plenamente en la Pentax MX. No siendo tan voluminosa como otras réflex o el formato medio, es mucho más versátil que las compactas. Especialmente que la Minox 35 GT-E que es la que he venido utilizando con preferencia, cuando este tipo de cámara era más conveniente. Ambas cámaras tienen también otra diferencia fundamental. Las Minox 35 tienen un objetivo de 35 mm, y la Pentax MX la uso preferentemente con el SMC-M 50/1,4. Esos 15 mm de diferencia en la focal se notan mucho.

Procuro no fotografiar a plenas aperturas salvo que sea estrictamente necesario. Mi rango de aperturas favoritas, desde hace mucho tiempo, es entre f/4 y f/11. Nunca me he sentido atraído por las modas de las grandes aperturas y el desenfoque extremo. Me gusta mostrar el contexto. No he hecho retratos... no es políticamente correcto en tiempos de distanciamientos físico. Pero incluso entonces me gusta que la persona retratada tenga contexto a su alrededor. Y por ello prefiero una apertura moderadamente cerrada. Con un 50 mm a f/4 os aseguro que podéis aislar a una persona del fondo si se encuentra a pocos metros de vosotros.

No hay mucho que comentar. Si algo he tenido claro también en estas semanas es que las películas de Ilford son fiabilísimas. Reveladas en Kodak HC-110, en esta ocasión en dilución B (1+31) durante 5 minutos a 20 ºC, dan unos resultado muy honorables. Y con suficiente margen para pequeños errores sistemáticos, en la exposición, en los tiempos de revelado, en la precisión de la temperatura de los líquidos, sin que afecte a efectos prácticos gran cosa en la calidad de la imagen. Cierto es que la Ilford HP5 Plus 400 es una película poco contrastada, y no da la imagen llamativa y potente de otras películas como la Kodak Tri-X 400. Pero a cambio, tiene una estabilidad dimensional excelente, siendo sencillísimo colocarla sobre el portanegativos sin combaduras ni otros problemas de planeidad, y tienes información a raudales para extraerla de la forma que consideres oportuna tanto en un procesado posterior en ampliadora, o digitalizando el negativo.

Y con esto, ya sólo me queda un último rollo de esta serie.

Segunda semana de aislamiento social - Cámara Safari Indiana Jones + Ilford HP5 Plus 400

Hoy sigo con mi intención de exponer al menos un rollo de película todas las semanas, para tener entretenimiento cuando llegue el fin de semana, mientras dure el decreto de medidas de emergencia por la epidemia de enfermedad debida al nuevo coronavirus. Os recuerdo que me han cualificado como servicio esencial, trabajo en los servicios sanitarios, y por lo tanto voy y vengo a trabajar. Procuro hacerlo caminando, y llevo una cámara conmigo. Eso sí, el paisaje que recorro es similar todos los días. Si me repito algo... pues es que me llama la atención algo y repito la fotografía cambiando las condiciones de luz o de presencia/ausencia humana.

Por darle un tono de diversión, decidí que para la segunda semana en vigor del decreto de medidas de emergencia utilizaría una "cámara de juguete"... pero que hace fotos de verdad. Con limitaciones, claro. Es una Werlisa de plástico, que venía etiquetada como "Cámara Safari Indiana Jones" y que compré en un mercadillo callejero por 2 euros. Las características de la misma las podéis encontrar en un artículo que publiqué en estas páginas hace un tiempo, casi 5 años desde entonces.

Generalmente, con estas cámaras se recomienda utilizar una película negativa de ISO 400 de sensibilidad. Normalmente, no pasa nada porque queden unos negativos algo sobreexpuestos, uno o dos pasos. Sin embargo, sería más problemático que utilizando una sensibilidad menor, quedasen subexpuestos. Aun así, me planteé la posibilidad de usar una película de ISO 125, la FP4 Plus, y luego aumentar el tiempo de revelado. Mi reciente experiencia en el Museo del Fuego y los Bomberos invitaba a ello. Pero bueno, decidí mantenerme dentro de cierta ortodoxia, y usé un rollo de 36 exposiciones de Ilford HP5 Plus 400.

El revelado lo he realizado como normalmente para esta película y su sensibilidad nominal. En Kodak HC-110, dilución B (1+31), 5 minutos a 20 ºC. Los negativos, como de costumbre para la película de formato pequeño, de 35 mm, los digitalizo con la Panasonic Lumix G9 y el Leica DG Macro Elmarit 45/2,8 ASPH OIS. El resultado es que han quedado sobreexpuestos, pero no mucho, porque las condiciones de luz no fueron de sol radiante ni mucho menos, y poco contrastados. En gran medida, por las propias condiciones de luz y climáticas de esa semana. Llovió algunos días, y hubo cielos nublados otros.

Como era de esperar, las fotografías tienen una resolución limitada. El objetivo es un simple menisco de plástico que tiene la nitidez justita en el centro de la imagen, que se pierde con rapidez en cuanto nos alejamos del mismo, con caídas casi catastróficas en las esquinas. Pero que dan el pego si no se amplía mucho la imagen. La cámara no presenta filtraciones de luz ni cuestiones parecidas, por lo que los negativos aparecen limpios. Sólo puede preocupar alguna irregularidad en el paso de la película que hace que entre algunos negativos quede una amplia separación y entre otros, prácticamente ninguna o se solapen mínimamente. No obstante, uno de los negativos presenta una filtración de luz, que tiene toda la pinta de ser una artefacto en el momento de su digitalización.

En fin, segunda semana de la crisis coronavírica, segundo rollo, y cámara anecdótica para introducir un poco de humor en el asunto, que nos viene bien. Por cierto, algunas de las fotos, en interiores incluso aprovechando la sensibilidad de la película se corresponden con mi entorno de trabajo, que en estos momentos se encuentra con una afluencia de trabajadores muy inferior a la habitual. En mi dirección, de 20 estamos unos siete, los cinco profesionales sanitarios, algún otro técnico que se turnan diariamente y algún administrativo; en otras, la proporción es menor.

Dos Harman de un solo uso con Ilford HP5 Plus en Tokio

Siempre me lío con el nombre de la empresa que fabrica o posee el fabricante de las películas fotográficas Ilford y que además también fabrica algunas cámaras fotográficas bajo la marca Harman. Nunca sé si es Harman la que posee la marca Ilford (y otras como Kentmere), o si es Ilford la que posee la marca Harman y otras. Da igual. El caso es que las cámaras fotográficas se venden en la actualidad bajo la marca Harman. Y entre ellas un par de modelos de cámaras de un solo uso. En realidad es un único modelo de cámara de un solo uso, que se vende cargado con dos tipos de película en blanco y negro distintas; las cámaras que vienen con un carrete de Ilford XP2 Super 400, para revelar en proceso C-41, similar al de las películas negativas en color, y las que vienen con un carrete de Ilford HP5 Plus 400, para revelar en los procesos tradicionales de revelado de películas en blanco y negro.

He usado en varias ocasiones la variante con película Ilford HP2 Super 400, y en ocasiones de forma muy satisfactoria. Pero recientemente, en un viaje a Japón, he tenido la ocasión de usar la variante con Ilford HP5 Plus 400, que tiene unas características muy distintas.  

Senso-ji, Asakusa
Senso-ji, Asakusa

Comentaré los antecedentes. Mi idea era llevar a Japón, junto con mi equipo fotográfico digital, una cámara para película tradicional, la Minox GT-E, con varios carretes de película, casi con toda seguridad Ilford HP5 Plus 400. Las tenía preparadas, las dejé 24 horas de salir de viaje sobre una estantería, cámara y películas, pero... a última hora se me olvidó incluirlas en la mochila de viaje. Me di cuenta al llegar a Osaka. Y en ese momento me planteé varias alternativas. Por supuesto, olvidarme del tema y dedicarme en exclusiva a la fotografía digital. Otra posibilidad era encontrar un garito de segunda mano donde pillar una cámara compacta de segunda mano con poco gasto y comprar película, que no es difícil en las grandes ciudades japonesas. Pero había que perder tiempo buscando donde comprarla. O desplazándome al lugar donde estaba la tienda de zarrios baratos pero funcionantes. También estaba la posibilidad de comprar cámaras de un solo uso. En Yodobashi Camera o en Bic Camera, comercios que están en todas las grandes ciudades japonesas era seguro que iba a encontrar. Pero llevar seis o siete cámaras desechables es un incordio... así que opté por una solución de compromiso. Comprar un par de cámaras desechables Harman en Tokio para los dos días y medio que estuvimos visitando la capital japonesa. Si en Yodobashi Camera de Osaka hubiera encontrado, la Lomography Simple Use Camera, que básicamente es una cámara sencilla como las de un solo uso, pero que permite recargar con nuevos carretes, esa hubiese sido también una opción. Pero no tenían. En Tokio, después de comprar las dos cámaras de uno sólo uso la encontré,... pero en ese momento ya no me interesaba. Y además, antes de recargarla, tienes que terminar el carrete de negativos en color que lleva y que no me interesaba.

Asakusa
Jardines imperiales

Así pues, cuando llegamos a Tokio, donde pasamos las tres últimas noches del viaje, compré un par de Harman Single Use Ilford HP5 Plus 400. Y me dispuse a disfrutarlas.

Pronto me di cuenta que no lo iba a tener fácil. Estas cámaras ofrecen mejores resultados si hay buena luz. Con una apertura fija de aproximadamente f/10 y una velocidad de obturación que estará en 1/100-1/125 segundo, pueden ir tirando con buen tiempo o con tiempo nublado. Pero si el nublado es muy profundo o te mueves entre calles donde llega la luz con menor intensidad, la cosa se complica. Además, con tiempo nublado, el contraste en la calle puede ser muy bajo. Por ello decidí que la usaría con la idea de darle un revelado extendido, como si la estuviese forzando a un índice de exposición de 1250-1600. Más por aumentar el contraste que por otra cosa. Al fin y al cabo, por mucho que fuerces el revelado, donde no llegan fotones... no hay nada que hacer.

Línea Yamanote
Tren a Odaiba

Así lo hice. La mayor parte del tiempo tuvimos un tiempo nublado con escenas con poco contraste, aunque hubo algún momento de tiempo soleado, aunque nunca con un sol muy fuerte y de tonos muy contrastados. Revelé los dos carretes en Kodak HC-110, dilución A (1 + 15), durante 5 minutos a 20 ºC, lo que viene ser equivalente a un revelado n + 1 2/3. Es decir, sobre el revelado recomendado para un índice de exposición para su sensibilidad nominal de ISO 400, resituar los tonos medios en un paso y dos tercios más de exposición, las altas luces aún se van más allá... y las sombras,... que se queden donde hayan podido llegar durante la exposición. Por supuesto, un resultado colateral del aumento del tiempo de revelado recomendado es tener un grano más aparente de lo que hubiésemos tenido a su sensibilidad base.

Shibuya
Shibuya

El resultado final es aceptable. Pero tengo la sensación de que el menisco de plástico que usan como objetivo estas cámaras ha empeorado en su calidad desde que usé cámaras similares para XP2 Super hace algo más de un año. En aquella ocasión, la imagen era razonablemente nítida en el centro con una nitidez degradada de forma notable pero aceptable en los bordes y las esquinas. En esta ocasión, tengo la sensación de que la nitidez en bordes y esquinas empieza a degradarse antes, más cerca del centro del fotograma, y es más acusada. Como el revelado y el digitalizado no son comparables, quiero ser prudente con esta valoración. Aquellas cámaras de hace año y medio las revelaron en Carmencita Film Lab en proceso C-41 y las escanearon con un escáner profesional. En esta ocasión, aunque con mucho cuidado y esmero, el revelado es casero y los negativos los he digitalizado con mi Panasonic Lumix G9 y el objetivo macro de 45 mm, todo perfectamente controlado con niveles, para conseguir un paralelismo adecuado entre el sensor de la cámara y el negativo. En ambos casos, partimos de negativos con una resolución de 40 megapíxeles.

Meiji Jingu
Meiji Jingu

¿Seguiré usando este tipo de cámaras en el futuro? Mmmmmmm... No de forma sistemática. Son divertidas. Pero generan muchos residuos, muchos de ellos de plástico. Y el planeta no está para estas alegrías. Ilford-Harman están a punto de sacar al mercado una cámara con las mismas características, pero reutilizable. Pero... puestos a utilizar algo reutilizable, prefiero usar algo con una lente más digna y con mayores capacidades de intervención en la exposición. Es decir, en la próxima ocasión intentaré no olvidarme la cámara que ya tengo.

Ginza

Un nueva mesa de luz, un carrete de HP5 Plus y la Pentax MX

Primero. Es un hecho que cuando vuelvo de un viaje, especialmente si es un viaje visualmente muy intenso y estimulante, durante una semanas permanezco en una especie de parálisis fotográfica. No veo nada, fotográficamente hablando. No se me ocurre nada. Es como si mi cerebro hubiese alcanzado un estado de saturación visual. Así que el fin de semana pasado cargué un par de carretes en sendas cámaras, uno de blanco y negro en la Pentax MX y otro de color en la Canon EOS 650 y me obligué a salir con ellas al mundo. Bueno. De momento con la MX... la otra todavía no se ha movido de casa.

Segundo. Durante la charla que el fotógrafo catalán Martí Llorens, especializado en procesos antiguos, casi podríamos decir arcaicos, nos ofreció en el Museo Pablo Gargallo en el marco de las actividades que han rodeado la exposición "Zaragoza en línea recta", conocí unas mesas de luz que usan los dibujantes para reproducir dibujos o diseños, iluminadas por LEDs. Ligeras, muy planas, ofrecían una iluminación muy uniforme. Inmediatamente me di cuenta de que necesitaba una para evaluar con tranquilidad y bien mis negativos. Pero no la encargué de inmediato. Quise enterarme de las posibilidades para usarla como fuente de iluminación en la digitalización de negativos con la Panasonic Lumix G9 calzada con el Panasonic Leica Macro-Elmarit 45/2,8 ASPH. Y vi que era factible, e incluso más conveniente, más cómoda y eficiente, que mi opción actual utilizando el iPad.

Por lo tanto, una semana después, expuesto el carrete de blanco y negro, las fotografías que os muestro aquí son las primeras digitalizadas con la mesa de luz.

Primero las circunstancias de la toma. Como he dicho, escogí la Pentax MX para cargar un carrete de Ilford HP5 Plus 400, que he expuesto a su sensibilidad nominal. Dentro de un mes nos vamos a Berlín, y estoy pensando en hacer como el año pasado en el lago de Constanza. Llevar como cámara principal una cámara para película tradicional con unos cuantos carretes en blanco y negro. Tengo ya muchas fotos digitales de la capital alemana. El año pasado me llevé la Leica M2 con el Summicron 35/2 ASPH. Una opción de enorme calidad óptica. Este año, por la conveniencia de llevar un fotómetro incorporado en la cámara, estoy pensando en la MX, con dos objetivos; el SMC-M 28/3,5 y el SMC-A 50/2. Un equipo compacto y versátil. Todavía no he tomado una decisión, pero me estoy "entrenando" un poco con este último equipo, por si acaso. Con dos filtros Heliopan, un nº 25 rojo y un nº 8 amarillo.

El Ilford HP5 Plus 400 lo he expuesto a su sensibilidad nominal. También he usado eventualmente un Ricoh XR Rikenon 135/2,8, aunque este no entra en mis planes de viaje. Elimina en parte la idea de equipo compacto, aunque aumenta la versatilidad del mismo. Para los objetivos de 28 y 50 mm, ambos con un diámetro de filtro de 49 mm, he usado los objetivos Heliopan. Ya digo que van muy bien, aunque hay que tener cuidado con el filtro nº 25 rojo. Así como el nº 8 amarillo puede funcionar como polivalente, mejorando el contraste en una diversidad de situaciones, el objetivo rojo hay que reservarlo exclusivamente a las situaciones donde obtengamos una ventaja clara. En alguna ocasión, en lugar de mejorar el contraste, por usarlo en situaciones no adecuadas por los tonos de la escena, he obtenido unos tonos más planos de lo que pensaba.

He revelado la película de una forma muy convencional, con revelador Kodak HC-110 dilución B (1+31), durante 5 minutos a 20 ºC. Los tiempos generalmente recomendados para esta combinación. Sin problemas. El Kodak HC-110 se lleva muy bien con estas emulsiones clásicas, y la HP5 Plus es muy cómoda de procesar. Hay mucho margen para error, aunque he intentado ser lo más riguroso posible durante todo el procedimiento.

La novedad venía del uso de la caja de luz Huion L4S, en el que la superficie luminosa encaja sin problemas una hoja de tamaño DIN-A4. La superficie activa es superior a este tamaño. La caja de luz funciona conectando a la red o a un puerto USB activo de un ordenar, y tiene una batería que una vez cargada permite su uso durante 2 a 5 horas, nos dicen las especificaciones técnicas. La luz se reparte muy uniformemente, me aseguré de ello buscando referencias, para evitar "puntos calientes" a la hora de usarla como fuente de luz para digitalizar los negativos. Como no tiene píxeles que molesten, como es el caso del iPad, se puede reposar el portanegativos directamente sobre la superficie de la mesa de luz, lo cual es más cómodo. Y con una mayor superficie luminosa, es mucho más cómoda su utilización, lo que da más rápidez y precisión a la operación. Ayer, ajustando cuidadosamente el negativo con el objetivo macro, y usando el modo de alta resolución del  Panasonic Lumix G9, obtuve ficheros aprovechables de 70 megapíxeles. En torno a 10250 pixeles x 6840 píxeles, que da 70,11 megapíxeles. Impresionante. Muchíiiiiisimo mejor que con un escáner de sobremesa.

Los principales "miedos" como se han encargado de recordarme en algún grupo de fotografía analógica en Facebook vienen derivados de la consistencia de la luz y del color suministrados por los LED de la caja de luz. Como ya he dicho, me aseguré previamente que las revisiones de la misma hablasen de la uniformidad de la difusión de la luz, y efectivamente no he tenido problemas de irregularidades en la misma ni de puntos calientes. En cuanto a la calidad del color, hice una prueba con un par de negativos de Kodak Portra 400... pero soy incapaz de decir si afecta mucho, poco o nada... porque bastante complicado es atinar con la corrección del color tras neutralizar la máscara naranja de los negativos en color e invertir la imagen. Lo normal es que siga llevando los negativos en color a un laboratorio comercial fiable, donde tienen equipos calibrados para los distintos tipos de película, y reserve mi proceso de digitalización de negativos para el blanco y negro, que es lo que yo proceso integramente en casa. Así que tampoco me supone mayor problema.

Por terminar el comentario, decir que los archivos RAW de 80 megapíxeles que obtengo por el modo de alta resolución de la Panasonic Lumix G9 los recorto a las dimensiones del negativo y hago un primer ajuste de tono y contraste con el negativo todavía tal y como sale de la cámara en Adobe Lightroom. Luego convierto a TIFF 16 bits que sigo procesando en Affinity Photo, donde invierto para obtener el positivo, elimino impurezas si las hay (polvo y esas cosas), y realizo algún ajuste extra de tono y contraste. Sin pasarme, para evitar que el grano de la película se haga  excesivamente evidente. Cuando lo cierro, conservando las capas del TIFF para un futuro, desde Lightroom obtengo ya la copia para el uso que le quiera dar. Subir a InstagramFacebookTwitter o Tumblr, o mostrarlo en mi Cuaderno de ruta o en este blog técnico sobre fotografía y otras artes visuales. U obtener un fichero adecuado para una copia en papel o para integrarlo en un libro de fotografías.

En el museo con Ilford HP5 Plus 400 a IE 1600

Los primeros domingos de cada mes, los museos pertenecientes al Ayuntamiento de Zaragoza son gratuitos. Jornadas de puertas abiertas para la promoción de la cultura. Y eso lleva a que, si no tenemos otros planes previstos para las mañanas de esos domingos, nos pasemos por alguno de ellos antes de tomar el tradicional aperitivo dominical previo a la comida. Y entre estos museos, hace tiempo que mi/nuestro preferido es el Museo Pablo Gargallo, dedicado a la obra del escultor bajoaragonés. No sólo es que la obra de Gargallo sea interesante, sino que el propio edificio, el palacio de los Condes de Argillo en la céntrica plaza de San Felipe, es un bello ejemplo de palacio renacentista aragonés.

Mi intención para el primer domingo del mes de mayo era bajar a dar una vuelta por el museo "acompañado" de la Canon EOS 100, el 35/1,8 de Tamron y un carrete de película negativa en color, Fujicolor Natura 1600, que ya lleva demasiado tiempo en mi frigorífico. Pero se me olvidó coger el carrete. Se me hizo tarde, empecé con prisas... y se quedó encima de la mesilla del dormitorio sin entrar en la bolsa de los chismes fotográficos. Cuando me di cuenta, estaba en la plaza de España, recién bajado del autobús de la línea 40 y jurando los mil diablos. Pero ese domingo fue día de apertura en las grandes superficies comerciales y, aunque no soy partidario de comprar en las mismas en los festivos por un tema ético, me colé en la FNAC porque sé que allí disponen de película fotográfica. Probablemente el único sitio donde se podía comprar es domingo película fotográfica en Zaragoza. Y compré un carrete de Ilford HP5 Plus 400 con la intención de forzarlo dos pasos, es decir, exponerlo a un índice de exposición de 1600, con el fin de no verme obligado a fotografiar constantemente a la máxima apertura del 35 mm de Tamron.

No es la primera vez que uso la HP5 Plus forzada dos o tres pasos, generalmente con buenos resultados. Pero en el museo me daba un poquito de miedo. He comprobado en otras ocasiones que con medición matricial de la cámara reflez o con mediciones de luz incidente con el fotómetro de mano, las esculturas de tonos oscuros, casi negros, corres el riesgo de que te queden empastadas, con poco detalle. Por ese motivo, opté por usar la medición parcial de la cámara que mide sobre el 8 o 9 % central del campo de visión, por lo que te puedes centrar sobre el objeto de interés. Lo que suelo hacer es que mido la luz sobre el objeto que tengo miedo que quede sin detalle, y luego subexpongo un punto, porque al fin y al cabo ha de quedar entre los tonos oscuros, con la esperanza de que las capacidades de la película y el revelado aumentado serán suficientes para mantener el detalle en ese punto. Cuando la situación me parece conflictiva, no subexpongo ese paso; directamente uso la medición que me da el fotómetro de la cámara. En fin, intento proteger los tonos oscuros, que es lo que me enseñaron de siempre que debía hacer con la película negativa.

La película la revelé, como vengo haciendo últimamente, en Kodak HC-110. Como tenía algo de prisa, como siempre, busqué un tiempo de revelado no demasiado largo, pero tampoco demasiado corto. Las opciones que tenía con dilución B (1+31), tiempo muy largo, o con dilución A (1+15), tiempo demasiado corto, no me convencían. Pero comprobé que los tiempos eran absolutamente proporcionales proporcionales. Si la dilución A está el doble de concentrada que la B, el tiempo de revelado era la mitad. Así que calculé la que correspondería para una dilución C (1+19) a 20 ºC, y me salían unos cómodos 7 minutos. Que me dieron unos resultados buenos en su conjunto. Si algún negativo quedó con las sombras empastadas, se debió sin duda a una exposición algo corta.

Como la me ha pasado en alguna ocasión, el moderno Tamron 35/1,8 no se lleva siempre bien con la Canon EOS 100 a la hora del enfoque automático. Y para colmo, aunque pongas el objetivo en posición de enfoque manual no siempre dispara si no te aparece el circulito verde que indica que la electrónica de la cámara considera que el sujeto está enfocado. Pero poco a poco le vas cogiendo el tranquillo, y enfocando en manual, lo cual no está mal cuando trabajas en un museo, la cosa funciona. Y la calidad del objetivo está fuera de toda duda.

¿Los resultados? Pues a pesar de mis precauciones, hubo alguna de las esculturas de tonos más oscuros, que me quedaron algo empastadas y sin detalle. En general, los resultados fueron buenos. Y sorprende comprobar en qué medida el grano de la película, aunque notable, no era excesivo ni desagradable. Por supuesto, más apreciable en los negativos más finos, a los que ha llegado menos cantidad de luz. Alguna escena callejera que tomé por el camino, donde el reparto de tonos es más diverso, quedaron bien, sin problema, aun cuando en esas escenas opté por la medición matricial de la cámara. Así que el uso a un IE 1600 de la HP5 Plus no supone ningún problema en modo reportaje, pero cuando fotografías obras de arte con tonos oscuros, se conservador con la medición y dale toda la que puedas a tu sujeto principal.